Los municipios del Estado de México siguen siendo el vientre donde fermenta la corrupción cotidiana. El PRI cayó, pero sus larvas quedaron bajo la alfombra: nóminas infladas, contratos a modo, sistemas de agua endeudados y oficinas convertidas en ventanillas personales. El OSFEM documentó 2 032 observaciones municipales en la última cuenta pública, un espejo que no miente: los gobiernos locales siguen siendo la cloaca institucional del Edomex. La deuda con la CAEM supera los 11 mil millones de pesos, dinero que los ayuntamientos cobraron a los usuarios pero jamás entregaron. En 21 municipios piden subir tarifas por un servicio que no funciona, mientras Naucalpan conserva uno de los índices más altos de desconfianza ciudadana. Donde algo cambia, no es por estructura, sino por ética individu
La plaga no se fue: mudó de logo

27