Aunque suele increíble hay gente que se compra un detector de metales (los hay por 100 euros) y se pasea por yacimientos arqueológicos abandonados o por zonas donde saben que puede haber algo para ir al «rebusque» y expoliar piezas que luego pueden revender en el mercado negro. En el argot del mundillo se les conoce como «piteros» (porque la máquina pita cuando detecta algo distinto en la orografía, no solo metal) y, aunque no se trata de grandes reliquias, pueden sacar bastante dinero. Muchos alegan después desconocimiento de la Ley de Patrimonio Histórico, que seguramente desconocemos muchos, pero desde el año 85 ya establece que es de «carácter demanial» todo lo que hay debajo del suelo. Es decir, que si usted se encuentra algo bajo tierra, sepa que pertenece al Estado. Es más, tiene

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