Esta semana, en el ámbito jurídico, se consumió en una comedia de equivocaciones y de dimes y diretes entre la presidenta, las cámaras del Congreso de la Unión, la consejera jurídica y el coordinador general de política y gobierno relacionada con la supuesta retroactividad de la reforma a la ley de amparo, que se introdujo en un artículo transitorio con base en una reserva, que sorpresivamente planteó el senador Ladrón de Guevara, durante el debate, sin haberse discutido en comisiones y sin consensarse con todos los senadores del oficialismo.
La historia comenzó con la inclusión de una redacción “extraña”, que autorizaba la aplicación de las reglas más restrictivas de la suspensión en los juicios de amparo en curso, con lo que se hacía evidente que es posible revocar la suspensión tempora