Por el derecho a la libertad de expresión
Desde hace muchísimo tiempo la vida civil en los Estados Unidos fue la envidia de todos los países. Uno se admiraba de cómo los ciudadanos comunes y corrientes. Se podían hablar al tú por tú con sus líderes. No existían los muros imaginarios que los latinos, por ejemplo, anteponemos cuando queremos comunicarnos con una figura de la política nacional, cuando está cercano a nosotros.
Siempre les damos un trato de extremos respeto, y anteponemos el usted, antes de lanzar nuestra pregunta o nuestra crítica. Ellos, desde el cielo en el que viven, deciden si nos responden o nos dejan hablando solos. En USA eso no pasaba, pues los políticos de grandes vuelos debían contestar respetuosamente. Con el tiempo y las luchas que hemos tenido en México, hemos i