Darfur es un territorio del oeste de Sudán que, desde 2003, quedó marcado por una contrainsurgencia feroz: operaciones del ejército y milicias Janjaweed contra comunidades fur, zaghawa y masalit derivaron en masacres, violencia sexual sistemática y desplazamientos masivos . Años después, el país volvió a fracturarse: desde 2023, las Fuerzas Armadas de Sudán y la RSF disputan el control en una guerra abierta que ha multiplicado víctimas y hambruna, con ciudades sitiadas y corredores humanitarios intermitentes. En este marco de impunidad casi rutinaria, la condena de la Corte Penal Internacional contra Ali Muhammad Ali Abd-Al-Rahman, conocido como Ali Kushayb, por crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en 2003–2004, rompe una inercia: reconoce la existencia de un plan para ata

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