Roma, 11 oct (EFE).- La selección italiana cumplió en su visita a Tallín, ganó a Estonia (1-3) y nada más; no goleó en un partido en el que necesitaba dar un golpe sobre la mesa, más anímico que necesario, al ser ya la diferencia de goles con Noruega una suerte de utopía que, por el momento, permite a la ‘azzurra’ soñar sólo con la repesca para acudir al Mundial.
Se aseguró Italia, al menos, la segunda plaza en el grupo. Es, por el momento, a lo que tiene que agarrarse. Son 12 puntos los que tiene a falta de dos partidos. Necesita ganar a Israel en el próximo compromiso. Ese es el partido clave, una final anticipada.
Después llegará el duelo ante Noruega, que tiene 18 puntos forjados en un pleno perfecto y con una diferencia de goles de 26 a favor. Solo 7 tiene Italia. Un milagro tendría