Casi 70.000 muertos civiles después, con miles de niños masacrados y el territorio sepultado por millones de toneladas de escombros, la paz empieza a abrirse paso en la castigada Gaza. El acuerdo implementado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es ya una realidad y el mundo lo celebra como un logro trascendental que puede sentar las bases de un giro en el conflicto siempre vivo de Oriente Próximo. Es lógico que se haya desatado el optimismo, aunque el acuerdo deja todavía abiertas muchas incógnitas. La principal de ellas es el porqué de ese compromiso entre Trump y Benjamin Netanyahu que, tras no pocas dudas iniciales, ha sido respaldado por Irán y sus lacayos de Hamas. Nadie ha explicado todavía las razones que han trasmutado al inquilino de la Casa Blanca para que dejara d
Gaza: una paz cargada de incógnitas y riesgos

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