Aunque el cine de ciencia ficción esté popularmente vinculad a grandes efectos especiales deslumbrantes y a grandes presupuestos, lo cierto es que nunca han necesitado de ellos para dejar una huella profunda en el espectador . Películas como Interstellar , a pesar de ser grandes apuestas, han demostrado que la combinación de ciencia, emociones y dilemas existenciales es lo que consigue que una historia permanezca en la memoria mucho después de los créditos finales.
Ese equilibrio entre reflexión y espectáculo es lo que hace que ciertos títulos independientes se conviertan en auténticas joyas del género. Entre ellas, hay una producción que se adentra en la posibilidad de universos paralelos y las segundas oportunidades de manera poética y muy humana . Su enfoque íntimo y contemp