Por Mag. Karin Hiebaum de Bauer
Introducción
“Defender todo lo que hace el gobierno sin meditarlo; no aceptar críticas; relativizar cualquier objeción comparándola con los K, y si eso no alcanza, acusar de K o de golpista”. Eso que se señalaba en 2018 como un vicio de la política argentina hoy se le vuelve espejo al actual oficialismo. La paradoja es evidente: el estándar con el que se juzgaba a otros describe con bastante precisión prácticas que, ya en el poder, reproduce el propio espacio libertario.
Qué se criticaba entonces
La denuncia central era contra el seguidismo: una militancia que confunde lealtad con obediencia, que convierte toda evaluación de políticas públicas en un pleito identitario, y que transforma a quien pregunta en enemigo. El problema no era solo moral; era insti