El presidente de EEUU va a hablar ante el Parlamento israelí en Jerusalén y va a participar a una cumbre en Egipto sobre la paz en Oriente Medio con base en su plan de 20 puntos para acabar con la guerra en Gaza

Qué pasará en Gaza tras el alto el fuego: plazos y dudas de la aplicación del plan de Trump

El presidente Donald Trump llega a Oriente Medio este lunes para celebrar la consecución de la ‘pax americana’, tan solo cuatro días después de anunciar un acuerdo de alto el fuego en Gaza y cuando aún hay serias dudas sobre si este representa el fin de genocidio.

Este domingo han empezado a entrar a la Franja cientos de camiones de ayuda humanitaria desde la frontera egipcia, que había permanecido cerrada hasta ahora por las restricciones israelíes. Esta representa la mayor cantidad de ayuda que es enviada al enclave palestino en un solo día desde que el pasado marzo Israel impusiera un bloqueo total y suspendiera la entrega de ayuda por parte de las agencias de la ONU y otras organizaciones independientes.

La mayor parte de los dos millones de gazatíes siguen desplazados y los que han regresado a sus hogares después del alto el fuego, se los han encontrado en ruinas. Entre el sábado y el domingo, fueron recuperados 117 cadáveres de debajo de los escombros en Gaza, donde las autoridades calculan que pueden ser miles los que yacen bajo los edificios bombardeados. Esos miles se sumarían a los 67.800 palestinos que Israel ha asesinado en los pasados dos años y cuyas muertes han sido documentadas por el Ministerio de Sanidad local.

Aterrizaje triunfal en Israel

El Mandatario estadounidense llega el lunes por la mañana a Israel, donde tiene previsto hablar ante la Knéset (Parlamento) y con los familiares de los rehenes israelíes que se espera que sean liberados en el marco del acuerdo que Trump ha diseñado e impuesto. Todo apunta a que los 20 rehenes que aún siguen vivos (de un total de 48) van a ser entregados por Hamás el lunes a primera hora, coincidiendo con la visita del presidente estadounidense, que incluso podría encontrarse con alguno de los recién liberados.

Los preparativos para recibir a los rehenes en Israel han comenzado, así como los preparativos para recibir a Trump, con banderas estadounidenses ondeando en la carretera que conduce de Tel Aviv a Jerusalén y en algunas calles de la Ciudad Santa.

Trump había prometido a las familias israelíes que rescataría a los rehenes y en él habían depositado todas sus esperanzas en los pasados meses, ante la negativa del primer ministro Benjamín Netanyahu para detener la ofensiva sobre Gaza y negociar con Hamás. El republicano es acogido en Israel como un héroe, sobre todo por esos familiares y por los ciudadanos que llevan meses pidiendo en las calles el final de la guerra para traer de vuelta tanto a los rehenes como a los soldados.

El sábado por la noche, en la plaza de los Rehenes en Tel Aviv se reunieron miles de personas (500.000 según el Foro de las Familias de los Rehenes y Desaparecidos) para celebrar la pronta liberación de los 48 y para agradecer a Trump su papel. La hija del presidente, Ivanka Trump, y su yerno, Jared Kushner, junto a su enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, fueron los invitados de honor. Los dos hombres han sido los artífices del plan de Trump que, de forma evidente, asume las tesis israelíes y satisface las demandas de la parte israelí, mientras que deja muchos interrogantes sobre el futuro estatus de Gaza y de los palestinos, ignorando alguno de sus derechos más básicos como el derecho a la autodeterminación.

Una portavoz de la oficina del Primer Ministro ha afirmado que se espera que todos los rehenes vivos sean entregados el lunes al amanecer a los equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja y luego a las fuerzas israelíes para su traslado fuera de Gaza y hasta los hospitales donde van a recibir asistencia médica. La portavoz no ha confirmado que los cuerpos de los otros 28 rehenes van a ser entregados junto con los vivos ni si eso tendrá lugar el lunes. En el caso de que no sean entregados, ha señalado que una entidad internacional (integrada por distintos países) va a ayudar a localizar a los cadáveres en la Franja. Sin embargo, no ha ofrecido un plazo para que eso ocurra.

Cuando el primer grupo de rehenes llegue a territorio israelí, empezarán a ser liberados también unos 200 presos palestinos que cumplen condena en cárceles israelíes, además de otros 1.700 gazatíes que fueron arrestados por Israel durante los dos años de ofensiva en Gaza. Así lo ha dicho la portavoz Shosh Bedrosian sin dar más detalles, pero desde el sábado los presos fueron trasladados a las cárceles de Ofer (en la Cisjordania ocupada) y a la de Ketziot (en el sur de Israel), desde donde serán puestos en libertad. Los detenidos en Gaza serán llevados de vuelta a la Franja, donde este domingo el Ministerio de Sanidad palestino ha hecho los preparativos necesarios para atenderlos, ya que otros detenidos han regresado en el pasado en muy mal estado de salud y han denunciado torturas.

“Cumbre de paz” en Egipto

Después de su breve escala en Israel -podría durar pocas horas-, Trump se dirige a la localidad egipcia de Sharm el Sheij, donde el lunes se celebra una “cumbre de paz” que tendrá como protagonistas al estadounidense junto al anfitrión, el presidente Abdelfattah Al Sisi. En la cita, a la que asistirán representantes de más de 20 país -incluido el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez- se oficializará el acuerdo para poner fin a la guerra en Gaza, que fue alcanzado precisamente en Sharm el Sheij. El Gobierno egipcio ha dicho que será “un encuentro histórico destinado a poner fin a la guerra en la Franja de Gaza e iniciar un nuevo capítulo de paz y seguridad en la región”.

El régimen egipcio busca su protagonismo en la escenificación de la paz de Trump, después de haber sido el lugar escogido para las últimas negociaciones indirectas entre Israel y Hamás, en lugar que Qatar -después de que Israel bombardeara al equipo negociador de Hamás en Doha-. La localidad turística de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo, en la península del Sinaí, lleva desde los años 90 acogiendo conferencias, negociaciones y cumbre internacionales, muchas de ellas sobre la cuestión palestina, pero ninguna ha llevado a una paz verdadera y duradera. El exdictador egipcio Hosni Mubarak usaba Sharm el Sheij como escaparate de su diplomacia y su papel destacado en la región, que Al Sisi busca recuperar con el impulso de la guerra de Gaza y gracias también a ser el “dictador favorito” de Trump, tal y como dijo en su primer mandato.

Parece que el plan de 20 puntos de Trump para Gaza ha convencido a la mayor parte de los países de Oriente Medio, que lo han respaldado para poner fin a la masacre en la Franja, al menos de momento. Pero la Administración estadounidense ya mira más allá de Gaza: la Casa Blanca ha asegurado que los países árabes y musulmanes están mostrando un interés renovado en resolver el conflicto palestino-israelí después de décadas y, algunos de ellos, en mejorar las relaciones con EEUU.

El ministro de Exteriores egipcio, Badr Abdelatty, dijo hace pocos días que cuando la guerra en Gaza terminara, más países árabes normalizarían sus relaciones con Israel, que es el objetivo de Trump desde su primer mandato, cuando impulsó los Acuerdos de Abraham —firmados en 2020 por Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos—. Kushner fue uno de los arquitectos de aquellos acuerdos que se han vuelto a poner rápidamente sobre la mesa, junto al plan de Trump para Gaza, cuando todavía el polvo de los bombardeos no se ha asentado en la Franja.