Miles de ciudadanos volvieron a arropar ayer a las Fuerzas Armadas en el acto central del Día de la Fiesta Nacional, presidido por los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, junto a sus hijas, repitiéndose el guion anual de reconocimiento ciudadano al Jefe del Estado y su familia, y con una nueva muestra de reproche contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que volvió a ser recibido con pitos e insultos por los presentes, libres de expresar sus sentimientos como crean conveniente en la misma proporción de respeto que la primera autoridad del Gobierno debe mantener con los protocolos y los símbolos del Estado, que deben estar por encima de la propia ideología. Algo que no siempre cumple, por cierto. Ni tan siquiera con las formalidades de las reglas no escritas en esta celebración, en la
Huida a la francesa del presidente

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