Hace ya dos años que Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina decidieron poner punto final a su matrimonio. No fue una separación fácil. Tras décadas de silencio y complicidad pública, llegó una batalla legal larga y amarga que se prolongó durante casi cuatro años. Ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Cristina se sintió traicionada y humillada, mientras que el exduque de Palma no ocultaba su resentimiento hacia la familia Borbón, a la que responsabiliza de haber acabado entre rejas. Aquellos años en prisión le dejaron cicatrices profundas y cambiaron por completo su manera de ver el mundo.

Según ha revelado el periodista Juan Luis Galiacho, el exdeportista habría recibido una jugosa compensación económica: dos millones de euros y una pensión vitalicia de 25.000 euros mensual

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