El conflicto entre el estado de Israel (que no de los judíos) y los palestinos no empezó con la espantosa masacre cometida por Hamás hace dos años, ni va a terminar con el acuerdo de cese al fuego (que no de paz) impulsado por Trump. Su raíces son mucho más antiguas y profundas, y las consecuencias del genocidio se sentirán por generaciones.

El conflicto reciente comenzó en noviembre de 1947, cuando la ONU aprobó la partición de Palestina en dos estados, uno judío con el 56% del territorio y el otro árabe. Antes de esa fecha la población árabe duplicaba a los judíos en Palestina, pero convivían en relativa paz.

En 1948 se dio la primera guerra entre los palestinos con el apoyo de los países árabes vecinos que no aceptaron la partición y los israelíes, que tenían milicias bien organizadas

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