Hace una semana, el Gobierno de Estados Unidos ordenó el despliegue de 400 soldados de la Guardia Nacional de Texas en los estados de Oregón e Illinois. El presidente Donald Trump justificó la decisión alegando incidentes violentos y la amenaza creíble de violencia continua, que impedían la aplicación de la ley y las redadas migratorias en estos estados.

Es el mismo argumento que el presidente de EEUU ya utilizó para el caso de Washington. Ahora, como en la ocasión de la capital federal, el gobernador de Illinois se ha mostrado contrario a la medida.

JB Pritzker ha denunciado lo que ha calificado de "invasión" por parte de Trump. No hay tanto una crisis de seguridad como una batalla política: todos los estados donde el presidente estadounidense pretende desplegar la Guardia Nacional son

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