
José Luis Ábalos, el exministro de Transportes y exnúmero tres del PSOE, se enfrenta hoy a una hora judicial que podría ser su ocaso: a las 10:00 horas comparece ante el magistrado Leopoldo Puente en el Tribunal Supremo para explicar los 95.000 euros en pagos en efectivo del PSOE, sin soporte documental, según el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. De ellos, 20.799,40 euros irían a gastos personales de una "fuente de ingresos no declarados", canalizados en sobres con el logotipo del partido. Fuentes próximas a la causa advierten que solo una "confesión" o la presentación de "nuevas pruebas" relevantes podrían evitar su ingreso preventivo en prisión, pedido ya por las acusaciones. Será su cuarta comparecencia en un año, en una trama que ha mutado de mascarillas sobrevaloradas a una presunta organización criminal en Transportes, con ecos de financiación ilegal del PSOE.
La Hora de la Verdad: Cuarta Comparecencia y Amenaza de Prisión
En el gran teatro de la justicia ibérica, donde la presunción de inocencia se ve a menudo como un mero prólogo a la inevitabilidad del veredicto, Ábalos llega al Supremo con el peso de un año de sombras judiciales. Imputado inicialmente por una trama de compraventa de material sanitario en pandemia –con sobreprecios adjudicados a empresas de Víctor de Aldama–, la causa ha derivado en irregularidades más graves: una supuesta "organización criminal" con sede en Transportes, lucrada con 'mordidas' por amaños de obra pública. Esta pieza separada, que podría implicar financiación irregular del PSOE, ha acumulado contradicciones en testimonios, como el de una secretaria de la gerente socialista que juró pagos solo por transferencia, pese a evidencias de dinero físico constante.
El informe de la UCO, entregado al juez Puente, detalla "consistentes indicios" de que los patrimonios de Ábalos y su exasesor Koldo García se entrecruzan en "zonas de intersección significativas": García gestionaba pagos del exministro, como la pensión alimenticia de un hijo, sumando sumas "verdaderamente significativas" sin respaldo en sus ingresos regulares. Conversaciones de WhatsApp entre Koldo y su esposa Patricia Uriz aluden a estos fondos como "chistorras" (500 euros), "soles" (200 euros) y "lechugas" (100 euros), un argot que evoca no un mercado negro, sino una charada donde lo ilícito se disfraza de cotidianidad. El juez considera que ambos mantenían "métodos no transparentes" para ingresos "de diversa procedencia, eventualmente fruto de graves ilícitos penales".
Las medidas cautelares actuales –prohibición de salida del país, retirada del pasaporte y firma quincenal– penden de un hilo: Puente ha anunciado una vistilla posterior para revisarlas, y podría decretar prisión provisional, como ya ocurrió con Santos Cerdán el 30 de junio. Fuentes cercanas a la causa insisten: sin confesión o pruebas exculpatorias, el ingreso en cárcel es "real y próximo".
El Fracaso del Último Manotazo: Renuncia a Abogado y "Fraude de Ley"
Ábalos intentó un gambito desesperado: 48 horas antes, renunció a su letrado José Aníbal Álvarez por "diferencias irreconducibles" que se volvieron "constante", alegando que preparó su defensa solo. Pidió abogado de oficio, pero Puente lo rechazó tajante: ve "fraude de ley" en el intento de eludir la comparecencia, citando jurisprudencia sobre renuncias "intempestivas" sin justificación. El Supremo obliga a Álvarez a asistir, un revés que deja al exministro "a pecho descubierto", como ironizan fuentes judiciales. En su mensaje en X, Ábalos insistió en comparecer, pero el aroma a dilación persiste.
Sánchez y el Eslap del Dinero Físico: ¿Legal o Opaco?
Pedro Sánchez, en una entrevista reciente, admitió haber cobrado en efectivo del PSOE, pero "de manera legal". Esta confesión, lejos de exculpar, acentúa las contradicciones: mientras Ferraz niega irregularidades, la UCO describe un circuito donde nóminas ingresan en cuentas partidistas y salen en reintegros opacos, justificados como "aportaciones internas" pero usados para gastos no registrados. El juez desliza que esto podría ser blanqueo interno, una hipótesis que Ábalos y Koldo (citado mañana) deberán desmontar. La UCO apunta a confusiones patrimoniales: ¿quién pagaba qué, y con qué origen?
¿El Ocaso de un Régimen o una Charada Judicial?
Este interrogatorio no es mero trámite; es un asalto a la médula de la virtud republicana, donde un exnúmero tres del PSOE, antaño pilar del sanchismo, se ve acorralado por sobres que simbolizan no solo codicia, sino la erosión de la confianza cívica. Cuando un partido que predica transparencia acumula indicios de financiación en las sombras, la democracia se resquebraja como un muro centenario. Ábalos, con su defensa airada y maniobras fallidas, nos recuerda que la impunidad es una ilusión frágil. Si entra en prisión, no será por venganza, sino por la inexorable tiranía de la verdad. En el anfiteatro ibérico, urge una catarsis: rendición de cuentas implacable, no excusas. ¿Irá Ábalos a la cárcel? Solo el juez lo dirá, pero el veredicto moral ya está inapelable: la podredumbre en Ferraz exige no más cortinas de humo, sino luz cruda.