María José Sáenz de Buruaga , presidenta del Gobierno de Cantabria y del Partido Popular en la región, no ha dejado espacio para la ambigüedad. “Esto es corrupción de libro ”, sentenció al conocer que Agustín Molleda , exalcalde socialista de Cartes, se adjudicó junto a su hermana una plaza fija en el Ayuntamiento en un proceso sin oposición, gestionado y firmado por él mismo.

Durante su intervención en el Foro Económico de El Diario Montañés, Buruaga fue contundente: “Hay muchas formas de corrupción y no todas pasan por llevarse dinero. Esta lo es. Es el sanchismo puro : aprovechar el poder para beneficio propio y degradar la ética pública”.

El “atajo” perfecto

La líder popular denunció que Molleda “decidió convocar el concurso, nombró el tribunal, valoró los méritos y resolvió las plazas, la suya y la de su hermana”. “Vía exprés, vaya atajo. Para eso hay que ser un afortunado”, ironizó ante el auditorio, recibiendo aplausos. “Este proceso está viciado desde el origen, tanto legal como moralmente”, añadió.

Buruaga recordó que los procesos de estabilización “son para puestos, no para personas con nombres y apellidos” y lamentó que el PSOE “esté blanqueando una actuación que degrada los estándares democráticos y ofende a cualquier ciudadano decente”.

Casares defiende lo indefendible

Lejos de desautorizar al exalcalde, el secretario general del PSOE de Cantabria y delegado del Gobierno, Pedro Casares , salió en su defensa, calificando la actuación de “transparente y legal”. “Los políticos también tienen derechos laborales”, dijo, provocando indignación entre funcionarios y ciudadanos.

Para Buruaga, esa justificación es “un insulto al sentido común”. “¿Qué pasaría si esto lo hiciera un alcalde del PP? —preguntó—. Estaríamos viendo titulares de corrupción a diario. Pero cuando lo hace el PSOE, se convierte en normalidad”.

Un proceso legal, pero inmoral

El caso se ampara en el Real Decreto-ley 14/2021 de reducción de la temporalidad en el empleo público. Sin embargo, la aplicación en Cartes ha reabierto el debate sobre la manipulación de las leyes para fines personales.

Molleda, entonces alcalde, firmó su propia convocatoria y la de su hermana en base a un concurso de méritos, sin oposición y sin abstenerse, pese a estar directamente implicado. La normativa de incompatibilidades lo prohíbe expresamente, pero nadie en el PSOE parece considerarlo un problema.

Indignación social y silencio institucional

En las redes y en los cafés de Cantabria, el caso ha desatado indignación. “Si esto no es corrupción, ¿qué es?”, se preguntan vecinos y funcionarios. Asociaciones cívicas reclaman la intervención del Tribunal de Cuentas y un pronunciamiento del Ministerio de Política Territorial.

Mientras tanto, el silencio del PSOE solo agranda el escándalo. La presidenta cántabra exige responsabilidades: “El señor Molleda tiene un camino digno: coger la puerta e irse. Porque esto no es un error administrativo, es un abuso de poder en toda regla”.

La doble vara de medir

Buruaga también criticó a quienes “dan lecciones de ética pero justifican los privilegios propios”. En alusión directa a Pedro Casares, afirmó: “Hay quienes, con una mano, exigen transparencia y, con la otra, tapan las vergüenzas de su partido”.

La presidenta concluyó advirtiendo que “los cántabros no tolerarán que se utilice la ley como escudo para el enchufismo. La regeneración democrática empieza por llamar a las cosas por su nombre: esto es corrupción”.

“No todo lo legal es decente. Y el poder, cuando se usa para uno mismo, deja de ser servicio público.” — María José Sáenz de Buruaga

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