
Un hombre de 72 años condenado en 1999 a la pena de muerte por los asesinatos de dos prostitutas fue ejecutado este martes en la Prisión Estatal de Florida, EE.UU. Fue la decimocuarta pena capital aplicada en ese estado en lo que va del año, lo que constituye un récord para el distrito .
Samuel Lee Smithers, conocido como el 'Diácono de la muerte' por su desempeño en una iglesia bautista, murió a las 6.15 p.m. del martes tras recibir una inyección letal . Según medios locales, para su última comida, pidió mantequilla de maní, tres paquetes de avena, agua y dos bebidas deportivas. Cuando le preguntaron si quería pronunciar sus palabras finales contestó: "No, señor".
El procedimiento se inició a las 6 p.m. cuando la cortina de la sala de ejecuciones fue cerrada y le administraron las drogas letales que acabaron con su vida. Minutos más tarde, un guardia lo sacudió y gritó su nombre, pero no hubo respuestas. Según el portavoz del Departamento de Correccionales, Ted Veerman, todo se realizó sin incidentes.
La semana pasada, la Corte Suprema de Florida había rechazado una apelación de la defensa de Smithers, que intentaba evitar la ejecución debido a su edad. Sin embargo, los magistrados consideraron que los ancianos no están exceptuados de la pena de muerte y ratificaron la sentencia.
El récord de ejecuciones de este año en Florida podría aumentar en las próximas semanas, ya que está previsto que se les aplique la pena capital a dos condenados el 28 de este mes y el 13 de noviembre. En todo el país, ya fueron cumplidas 35 órdenes de pena de muerte durante este año, mientras que otras ocho esperan para ser concretadas en lo que resta de 2025.
Los asesinatos
Smithers fue detenido y enjuiciado por los asesinatos de las prostitutas Christy Cowan y Denise Roach, cometidos por separado en mayo de 1996 en cercanías de un motel de Tampa, con quienes mantuvo relaciones sexuales. Luego las llevó hasta la casa rural en la que trabajaba, las mató y arrojó sus cuerpos a uno de los tres estanques de la propiedad.
El 28 de mayo de ese año, la dueña del lugar encontró a Smithers en el garaje limpiando un hacha que dijo que usaba para cortar las ramas de unos árboles y sobre la sangre que había en el lugar sostuvo que alguien debió haber matado a un animal.
Pese a estas explicaciones, la mujer llamó a la Policía. Cuando los oficiales llegaron, la sangre había sido limpiada, pero observaron huellas que conducían a uno de los estanques. Allí fue encontrado el cuerpo de Cowan. Su hallazgo se produjo apenas horas después de que fuese captada por una cámara de seguridad en compañía de Smithers. En tanto, un equipo de buzos recuperó el cuerpo de Roach que estaba bajo el agua y en proceso de descomposición, por lo que las autoridades estimaron que el crimen había sido cometido al menos una semana antes.
De acuerdo con la investigación, ambas mujeres sufrieron heridas similares, como estrangulación, laceraciones y cortes en la cabeza . Incluso, Roach presentaba 16 heridas punzantes en la cabeza y fracturas de cráneo.
Smithers, quien durante el juicio fue definido por testigos como un "maravilloso esposo y padre", fue condenado por unanimidad por dos cargos de asesinato en primer grado y sentenciado a muerte en 1999.