PARÍS (AP) — El primer ministro de Francia, Sébastien Lecornu, sobrevivió el jueves a dos mociones de censura que podrían haber acabado con su frágil nuevo gobierno y sumido al país en un caos político aún mayor.

La votación en la Asamblea Nacional despeja el camino para que el asediado Lecornu enfrente lo que podría ser un desafío aún mayor: lograr que el presupuesto para 2026 de la segunda mayor economía de la Unión Europea pase por la poderosa pero profundamente dividida cámara baja del Parlamento antes de fin de año.

La supervivencia de Lecornu también evita la necesidad inmediata de que el presidente Emmanuel Macron disuelva de nuevo la Asamblea Nacional y convoque elecciones legislativas anticipadas, una opción arriesgada que el mandatario francés tomó en 2024 y que había indicado que podría tomar de nuevo si Lecornu caía.

El estrecho aliado de Macron enfrentó dos mociones de censura presentadas por los más feroces opositores del presidente francés: el partido de extrema izquierda Francia Insumisa y Marine Le Pen, de la formación de ultraderecha Agrupación Nacional, y sus aliados en el Parlamento.

La cámara de 577 escaños votó primero la propuesta de Francia Insumisa, que no alcanzó el objetivo al quedarse en 271 apoyos. La iniciativa necesitaba una mayoría de 289 votos para prosperar.

La segunda, presentada por Le Pen, se quedó en apenas 144 votos, respaldada sólo por su partido, su aliada Unión de la Derecha por la República y un puñado de otros legisladores.

Yaël Braun-Pivet, presidenta de la Asamblea Nacional y leal a Macron, dijo que el resultado la hizo sentir "razonablemente optimista" sobre las posibilidades de construir un consenso para el presupuesto de 2026 en el Parlamento a pesar de sus profundas divisiones.

"Estoy segura de que hay un camino", dijo.

Pero Lecornu aún no ha superado el peligro.

Para obtener los votos que necesitaba, Lecornu planteó la posibilidad de revertir una de las reformas más emblemáticas pero impopulares de la presidencia de Macron, que elevará gradualmente la edad de jubilación de los 62 a los 64 años.

La propuesta de suspender la reforma de las pensiones de 2023 ayudó a convencer a los legisladores del Partido Socialista, en la oposición, a decidir a regañadientes no apoyar los esfuerzos para destituirlo, al menos por ahora.

Con 69 escaños, el respaldo de los socialistas a la moción habría inclinado la votación en su contra. Pero apenas siete de los diputados socialistas incumplieron la disciplina de voto al sumarse a la propuesta de Francia Insumisa.

Los republicanos conservadores, con 50 legisladores, también rechazaron la destitución, a pesar de un encendido llamado de apoyo de Éric Ciotti, un exlíder de los republicanos que desde 2024 se ha aliado con la ultraderecha de Le Pen.

"No se comprometan apoyando a este gobierno. No se traguen esta serpiente, esta boa (constrictor), este caimán rosa", dijo Ciotti. "Ningún votante de la derecha los perdonará".

En la moción más ajustada, sólo un legislador republicano apoyó la destitución de Lecornu. Pero para la segunda moción de Le Pen, con menos posibilidades de éxito, tres republicanos rompieron filas y votaron contra el primer ministro, subrayando que la tolerancia conservadora hacia Lecornu podría agotarse rápidamente en las próximas semanas o meses.

La posición aún frágil de Lecornu podría desmoronarse si los socialistas o los republicanos cambian de táctica y apoyan futuras mociones de censura si no obtienen lo que quieren en unas negociaciones presupuestarias que seguramente serán complicadas.

Lecornu ha prometido no recurrir a un poder constitucional especial para imponer el presupuesto en el Parlamento sin la aprobación de los legisladores, que fue la herramienta empleada por el gobierno de Macron para sacar adelante su reforma de las pensiones a pesar de la avalancha de protestas.

Construir el consenso parlamentario para aumentar los impuestos, recortar el gasto y aplicar otras medidas presupuestarias para comenzar a controlar el creciente déficit y la deuda del Estado promete ser extremadamente difícil, con la Asamblea Nacional profundamente dividida desde que Macron la disolvió en junio de 2024 . Las elecciones legislativas resultantes no produjeron un ganador absoluto y precipitaron el estancamiento político en que se encuentra Francia desde entonces, con los primeros ministros de Macron cayendo en rápida sucesión.

La perspectiva de una reñida contienda presidencial cuando el segundo y último mandato de Macron termine en 2027 también está complicando la construcción de consensos, dado que los partidos políticos ya buscan ganarse a los votantes. Al dirigirse a los legisladores antes que votaran, Lecornu les instó a dejar de lado esas consideraciones por ahora.

"La historia, en cualquier caso, juzgará muy duramente estas maniobras políticas, donde la plataforma de la Asamblea Nacional se ha confundido esencialmente con una plataforma publicitaria", dijo. “La elección presidencial llegará. Tendrán la oportunidad de hacer campaña. Por ahora, no tomen como rehén el presupuesto de la nación y el presupuesto de la Seguridad Social”.

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Leicester reportó desde Le Pecq, Francia. Los periodistas de The Associated Press Alex Turnbull y Nicolas Garriga contribuyeron a este despacho desde París.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.