La primavera porteña tiene su encanto: días templados, flores, aire tibio y sol. Pero también llega una molestia que se repite año tras año: la alergia ocular estacional , intensificada por la floración de los plátanos urbanos , esos árboles de gran porte que sombrean avenidas y veredas, y que muchos confunden con los bananos. Aunque no producen frutas comestibles, los plátanos liberan micropartículas de polen y filamentos peludos que flotan en el aire y actúan como potentes alérgenos. Cuando estos entran en contacto con los ojos o las vías respiratorias, pueden generar picazón, lagrimeo, enrojecimiento y sensación de cuerpo extraño, síntomas típicos de la alergia ocular.
¿Por qué ocurre?
La alergia es una reacción exagerada del sistema inmunológico ante sustancias que son, en real