NO NECESITAMOS NUEVO ESCUDO, SINO VERGÜENZA
Alfonso Grajales
Hoy me levanté de malas. Ni modo. Vengo a escribir con el hígado. No lo hago como periodista y menos como un experto en el tema, porque no lo soy.
Hoy expresaré mi muina como un ciudadano común y corriente. Porque ya chole de ver cómo los políticos se inventan cada cosa para distraernos, como si el “peludaje” fuera tonto.
Resulta que ahora quieren cambiar el escudo de Chiapas. ¡Sí, carajo! El escudo. Como si el problema del estado fuera una palmera y dos leones mal dibujados.
El escudo existe desde que los españoles usaban calzones bombachos y los chiapanecos todavía no sabíamos que nos iban a estar fregando seis siglos después. Y ahí está, firme, sin pedirle nada a nadie.
Pero no, a los diputados les dio comezón de “modern