Mientras el gobernador Salomón Jara presume que Oaxaca es el quinto estado más seguro del país, la realidad contradice su discurso. En los hechos, la entidad atraviesa una de las crisis más graves de su historia reciente: el crecimiento sostenido del hallazgo de fosas clandestinas en distintas regiones.
Desde el inicio de su administración, en diciembre de 2022, las autoridades han localizado una, dos y hasta tres fosas clandestinas cada mes, un aumento del 250% respecto a gobiernos anteriores, cuando los hallazgos ocurrían uno cada dos meses. La violencia criminal, sobre todo en la Cuenca, el Istmo y los Valles Centrales, no da tregua.
Datos de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) indican que entre 2019 y septiembre de 2024 se localizaron 84 fosas clandestinas. De ese total,