Más de medio siglo después de que el turismo de masas arrancara en España, el país se cuenta entre los más visitados del mundo. Alrededor de 80 millones de personas llegan a España anualmente, una cifra sólo superada por Francia (+89.000.000). El número es impresionante, en especial si comparamos la escala de sus dos inmediatos perseguidores, Estados Unidos y China. Y el motivo es simple: 8.000 kilómetros de costa, un clima estupendo y años y años de tradición turística a sus espaldas, con todo lo que ello implica a nivel de infraestructuras.
El carácter internacional del turista medio ha provocado numerosos quebraderos de cabeza a las autoridades durante los últimos años. España ha intentado atraer a tantos viajeros europeos, asiáticos o americanos como le fuera posible en un conte