Hemos observado escenas por demás dramáticas, resultado de las recientes inundaciones en varios municipios del estado de Veracruz. No sentir al menos un poco de empatía es de verdad inaceptable.

Lo ocurrido en Tuxpan, Poza Rica y otros municipios significa una verdadera tragedia. Numerosas familias se enfrentaron a la fuerza destructora de las aguas que arrasaban con todo lo que encontraban a su paso.

Dolor y angustia en momentos donde se ve amenazada la seguridad, por lo tanto, lo que importa es salvar la vida antes que pensar en lo material.

Sin embargo, se comprende el dolor de las personas ante la pérdida de su patrimonio. Patrimonio construido con años de trabajo, de esfuerzo y quizás con muchas horas de sacrificio, ha quedado reducido a nada.

Los momentos de angustia por los que

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