Madrid "¿Qué queréis que haga? Hay que defenderle hasta el último minuto". Así respondía el abogado José Aníbal Álvarez a sus compañeros de profesión ante la incómoda escena que se produjo este miércoles en el Tribunal Supremo. Aún siendo el letrado de José Luis Ábalos, la ruptura entre ellos era evidente. Dos días antes el exministro de Transportes había comunicado al alto tribunal que renunciaba a los servicios de Aníbal Álvarez por "diferencias irreconducibles". Sin embargo, el instructor del caso de presunta corrupción, Leopoldo Puente, consideró que la renuncia de última hora era una maniobra del investigado para evitar declarar y no la aceptó. Así pues, el abogado se vio obligado a acudir al Supremo aunque los puentes con su cliente estuvieran rotos.

Fue una clara demostración de q

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