“Estamos al lado del barranco del Poyo , que desemboca en l ’Albufera y aquí lo que llegó sobre todo fue mucha agua y mucho fango, no tanto plásticos grandes, que se fueron directos al lago y los campos de arroz”. Así resume Lourdes Ribera, voluntaria de Acció Ecologista-Agró , los motivos por los que ha pasado “un año de locura máxima” tras la dana del pasado 29 de octubre. “Veíamos el paisaje que vemos día tras día y no lo reconocíamos”, ha reconocido. El paisaje al que se refiere es el Tancat de la Pipa, un humedal renaturalizado que gestiona esta organización ecologista junto con SEO/Birdlife, y donde los efectos de la dana fueron devastadores y que este domingo, por primera vez desde hace casi un año, ha reabierto a los visitantes.

El enclave sufrió cuantiosos daños materi

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