La sostenibilidad de los sistemas públicos de pensiones es un tema candente en la Unión Europea. Los trabajadores están cada vez más preocupados por el futuro de uno de los pilares de la sociedad del bienestar. En España, el gasto en pensiones públicas para este año se estima en 216.000 millones de euros, lo que representa el 12,9% del Producto Interior Bruto (PIB), según el Instituto Santalucía. Uno de los principales desafíos es la caída de la natalidad, que reduce el número de trabajadores que contribuyen al sistema. Actualmente, en España, hay aproximadamente 2,32 trabajadores activos por cada pensionista. Para abordar la viabilidad de los sistemas de pensiones, muchos gobiernos europeos están implementando reformas. En 2023, España aprobó una reforma de pensiones impulsada por el entonces ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, quien ahora es Gobernador del Banco de España. Por su parte, el Gobierno francés también ha intentado reformar su sistema, pero su propuesta no se implementará hasta 2028. El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha ofrecido congelar el aumento de la edad mínima de jubilación en 62 años y nueve meses hasta enero de 2028. Esto se hace para evitar que el Partido Socialista y Los Republicanos respalden mociones de censura contra su Gobierno. Además, no se aplicará el aumento a 43 años de cotización necesaria para obtener una pensión completa. Tanto España como Francia ofrecen una amplia protección a los jubilados, basándose en un sistema de reparto donde las cotizaciones de los trabajadores financian las prestaciones de los jubilados. Sin embargo, existen diferencias significativas. En Francia, la edad de jubilación se mantiene en 62 años, mientras que en España, se prevé que sea de 66 años y ocho meses en 2025 para quienes tienen menos de 38 años y tres meses cotizados. Además, en Francia se requieren al menos 42 años de cotización para recibir una pensión completa, mientras que en España se necesitan 38 años y 3 meses para jubilarse a los 65 años en 2025. Si se opta por la jubilación a los 66 años y 8 meses, el mínimo de cotización para recibir el 100% de la pensión es de 36 años y 6 meses. En cuanto al cálculo de la pensión, España se basa en las cotizaciones durante un periodo de años, mientras que Francia utiliza un sistema de puntos que considera la edad, los años cotizados y la renta. La situación actual plantea interrogantes sobre la viabilidad futura de estos sistemas en ambos países.
Crisis de Pensiones en Europa: España y Francia en la Mira

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