Solo había pasado media hora desde que el museo más visitado del mundo había abierto sus puertas, cuando cuatro ladrones encapuchados lograron burlar la seguridad del Louvre para llevarse un botín de valor incalculable . Llegaron en dos motos y un camión por el flanco sur del museo, junto al río Sena, una zona en obras. Equipados con pequeñas motosierras, subieron por la escalera de un montacargas hasta la primera planta. Rompieron la ventana para acceder al interior de la galería de Apolo, que alberga joyas, diademas y broches de la era napoleónica . Consiguieron llevarse nueve piezas , aunque, tal vez por las prisas, perdieron una por el camino. El atraco, al puro estilo Hollywood, apenas duró unos minutos .

Ni controles, ni máquinas de detección, ni cámaras, ni pers

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