El cardenal Mazarino sucedió en el poder al famoso cardenal Richelieu como ministro principal de Francia. El prelado regaló al rey Luis XIV dos valiosos diamantes de la India. Las piedras preciosas formaron parte de las joyas de la corona, pero salieron al extranjero después de la Revolución Francesa.
Napoleón III se empeñó en recuperar los diamantes dispersos y lo consiguió. Esas piedras del siglo XVII volvieron a ser engarzadas en un broche relicario que el emperador regaló a su esposa Eugenia de Montijo . Esa joya de valor incalculable forma parte del botín que los ladrones se han llevado del Museo del Louvre en solo cuatro minutos.
Los diamantes de Mazarino se exhibieron en público en la gran exposición universal de París de 1855 celebrada en el Campo de Marte. Dos de esas