“Fue un cambio grande pero lindo”, dice Daniel Durán Costa , al evocar el momento en que pasó de guiar barcos de gran porte en maniobras delicadas a “dar la mamadera a una oveja guacha”.
Ese nuevo comienzo no fue improvisado.
“Creo que hay que ahorrar pero no por ahorrar en sí sino para invertir en algo productivo para el día del retiro”, dice. “Somos tenedores temporales de las cosas”, agrega, como para subrayar el sinsentido de acumular porque sí.
Entre 2005 y 2006 compró un total de 17 hectáreas de campo en Entre Ríos , hipotecó su casa por 10 años y puso una granja que quedó a cargo de su hijo con el compromiso de que a su retiro se la pasaría a él. Construyó tres galpones para pollos, donde caben entre 40 y 45 mil animales.
“También me puse a criar ovejas aprovechando