El parisino museo del Louvre sufrió este domingo un robo de esos que acaban haciéndose un hueco en la historia y que tiene todos los mimbres para trenzar un buen guion cinematográfico. Los hechos básicos ya han sido contados y reproducidos por miles de medios de comunicación de todo el planeta Tierra, pero aquí están por si hay algún despistado: a las nueve y media de la mañana, unos encapuchados accedieron usando un montacargas a la Galería Apolo y en siete minutos sustrajeron ocho valiosas joyas vinculadas a la Corona francesa. Entre ellas estaban una diadema y un broche de la emperatriz Eugenia de Montijo y también su corona. Esta cuenta con ocho arcos en forma de águila de oro cincelado bajo un globo de diamantes rematado con una cruz latina. Acumula 56 esmeraldas y 1.353 diama
La conexión con Cuenca de Eugenia de Montijo, la emperatriz cuyas joyas robaron este domingo en el Louvre

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