Colombia está viviendo una transformación energética profunda que resulta inevitable y bastante ambiciosa, guiada tanto por una presión mundial como por la urgencia local de no depender más del pasado y sus famosos combustibles fósiles. Uno podría pensar que, con una matriz limpia como la que siempre ha tenido, esta idea no tendría mucha prisa. Sin embargo, voces expertas, como las que se encuentran en el grupo de Industronic , destacan que ni siquiera un buen punto de partida garantiza la estabilidad a largo plazo. En el fondo, la hidroelectricidad (que tradicionalmente ha hecho brillar al país en América Latina) no resuelve todos los problemas. Hay riesgos crecientes, el clima cambia como lo haría el caudal de un río en plena tormenta, y el futuro exige diversificar más que nunca para
¿Cuál es el panorama de la transición energética en Colombia?

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