El descubrimiento de un circuito cerebral relacionado con el control del dolor crónico en modelos animales ofrece una visión novedosa sobre cómo el cerebro prioriza necesidades vitales y ajusta el umbral del sufrimiento, abriendo nuevas perspectivas para la investigación terapéutica.

El dolor crónico se define como aquel que persiste durante más de tres a seis meses y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) , afecta aproximadamente al 20 % de la población mundial.

La ausencia de una clasificación precisa en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) dificultaba tanto la recopilación exacta de datos como el acceso a tratamientos adecuados y el desarrollo de nuevas terapias.

Para avanzar en la solución de este obstáculo, la Asociación Internacional para

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