Por Eladio Solarte Pardo

Un retrato fiel del acontecer patojo (década de los años 50) nos muestra una masiva presencia en sus calles de ejemplares equinos, especialmente de aquellas que conducían a veredas y poblados cercanos, como Timbío, El Tambo, Cajibío, Piendamó, Coconuco, Puracé, entre otros. Tenía una explicación lógica, porque la Plaza de Mercado principal ocupaba toda la manzana del demolido centro comercial Anarkos, en el corazón de la ciudad. Hasta allí llegaban -como centro de acopio, mulas y caballos cargados de productos agrícolas, propios de las respectivas regiones, que dejaban su rastro en las vías públicas.

Por sus cuatro costados la rudimentaria edificación tenía acceso y en su parte externa predominaban los graneros, famas, cantinas, farmacias, almacenes de discos, et

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