Un paseo por cualquier farmacia revela una realidad: los suplementos de calcio y vitamina D inundan las estanterías, y abundan mensajes advirtiendo sobre la importancia de cuidar los huesos frente al estilo de vida sedentario propio del siglo XXI. Sin embargo, una mirada al pasado humano desmonta las creencias habituales.

¿Y si la fragilidad ósea fuera anterior al ascensor, al teletrabajo y al sofá? Un nuevo estudio arqueológico, publicado en la revista Science Advances , cuestiona lo que pensamos sobre nuestros huesos y demuestra que esta condición es tan antigua como la propia civilización.

Un fenómeno que atraviesa milenios

El análisis de esqueletos de diversas épocas revela que la fragilidad ósea trasciende la vida moderna y constituye un rasgo antiguo y universal. Gene

See Full Page