La posibilidad de que Estados Unidos imponga nuevos aranceles a Colombia, en medio de las crecientes tensiones entre Donald Trump y Gustavo Petro por la política antidrogas, ha llevado a sectores empresariales y políticos del país a pedir sangre fría y evitar un quiebre con su principal socio comercial.
Durante décadas, ambos países han mantenido una estrecha alianza sustentada en el comercio, la cooperación militar y la asistencia económica. Sin embargo, los lazos comenzaron a deteriorarse desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero pasado y se agravaron tras los recientes ataques de su Administración contra supuestas narcolanchas en el Caribe.
El más reciente choque estalló en la víspera, cuando Trump anunció el fin de la ayuda financiera a Colombia por su supuesta inacc