Ciudad de México.- "¿Quieres fornicar?". Eso le preguntó a Babalucas una musa de esquina. "No, gracias -declinó el badulaque-. Ya tengo demasiadas tarjetas". La romántica doncella arrancaba uno por uno los pétalos de la margarita al tiempo que decía: "Me quiere. No me quiere.". Al final exclamó con alegría: "¡Me quiere!". La mamá de la joven le dijo con tono acre: "Ahora pregúntale te quiere qué". La feligresa del padre Arsilio le comentó: "Mi esposo se gana la vida haciendo el sexo con señoras de edad madura y ricas". El sacerdote se escandalizó: "¡Ésa es una actividad indigna!". "Estoy consciente de eso, señor cura -replicó la mujer-. Le diré a mi marido que la deje cuando acabemos de pagar la casa". A riesgo de ser culpado de herejía diré que el Louvre no es mi museo favorito, ni la G
Cotorronas

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