Las duchas del Emirates no es que carecieran de agua caliente, es que estaban congeladas. El Atlético se quedó congelado por un Arsenal sobrado de ritmo, alternativas y trabajo. El balón parado que tanto rédito ha dado a los de Simeone a lo largo del Cholismo fue una lluvia ácida que acabó derritiendo a los colchoneros. Aguantaron las primeras embestidas con cierta fuerza, pero no pudieron esquivar los golpes cuando el Arsenal desató los puños.
Cuando el partido se convirtió en un ejercicio de supervivencia, al Atlético no le quedaba chaleco antibalas. También influye, claro, que los de Simeone se inmolaran en la salida de la posesión y temblaran con cada balón parado en contra . La Champions es como el algodón, no engaña y a este equipo le faltan muchas virtudes para torear e