Todo proyecto político exige un equilibrio entre lo extraordinario y lo cotidiano, entre la aspiración y la intimidad. Nadie sabe muy bien porqué, pero Sílvia Orriols ofrece este equilibrio, mientras Junts , la derecha nacional-populista , hace la vista gorda. Pues está ahí: el elefante en el salón hace ya demasiado bulto. La irrupción ultra e independentista de Aliança Catalana -¿quién la financia?- está provocando un maremoto. Sin programa y sin representación territorial conocida, avanza misteriosamente como un vendaval en los sondeos, en amplias capas de la población juvenil. Y Carles Puigdemont acusa a las nuevas generaciones de sucumbir a la tentación de las modas. Es como decir 'cuidado con Furest y Gonzalo Comella; ¡compren en mercadillos! antes de pisar Chanel, Louis
‘Même combat’

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