
Hay un debate recurrente entre los que vivimos aquí. Y es hasta qué punto el país se está haciendo más o menos invivible para muchas personas a causa del miedo informado y justificado.
El fin de semana pasado fui invitado a una cena a las afueras de Washington donde había compañeros periodistas, pero también otras personas que no lo son. Y había estadounidenses y españoles. En un momento dado de la cena, una amiga explicó que hacía unos días había estado en otra reunión parecida en la que varias personas habían expresado su voluntad por salir de EEUU por lo asfixiante que les estaba resultando el trumpismo.