Hay esperanza para las tortugas verdes marinas ( Chelonia mydas ). Después de décadas en declive, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha compartido una buena noticia con respecto a estos animales marinos: ya no están en peligro de extinción . La organización le ha otorgado recientemente la etiqueta de “preocupación menor”, un rango que refleja una recuperación significativa en sus poblaciones a nivel global.
La UICN clasifica a las especies según su riesgo de extinción en una escala llamada Lista Roja de Especies Amenazadas , la más reconocida a nivel internacional para evaluar el estado de conservación de plantas y animales. La clasificación tiene nueve categorías principales: Extinto, Extinto en estado silvestre, En peligro crítico, En peligro, Vulnerable, Casi amenazado, Preocupación menor, Datos insuficientes y No evaluado.
En el caso de las tortugas verdes, estas han visto cómo su población ha aumentado considerablemente en los últimos años (aproximadamente un 28% desde la década de 1970) gracias a las tareas de conservación . “Los esfuerzos de conservación se han centrado en proteger a las hembras anidadoras y sus huevos en las playas, fortalecer las iniciativas comunitarias para reducir la caza y el consumo insostenible de tortugas y sus huevos, así como limitar el comercio”, señala la UICN.
Un ejemplo significativo es el proyecto de conservación en Tortuguero , en Costa Rica, donde la participación activa de los vecinos y vecinas ha logrado que más del 80% de los nidos de tortuga estén protegidos cada temporada.
Una mejora significativa, pero siguen los riesgos
Las tortugas verdes son especies clave en los ecosistemas marinos tropicales, como los pastos marinos y los arrecifes de coral. Que su situación haya mejorado a nivel mundial es una buena noticia para el planeta, pero eso no significa que todo se haya solucionado para estos animales marinos. “A pesar de esta mejora global, siguen estando significativamente reducidas en comparación con su abundancia anterior a la colonización europea y al uso y comercio insostenible que persiste en muchas regiones del mundo”, explica la organización.
La UICN recuerda que la caza intensiva para obtener carne, caparazones y huevos, considerados manjares o productos valiosos para el comercio, sigue siendo una realidad. Además, muchas de estas tortugas mueren de forma accidental al quedar atrapadas en redes de pesca , un fenómeno conocido como pesca incidental.
Tampoco debemos olvidar el calentamiento global y sus consecuencias en el mundo marino y animal. “El desarrollo costero y marino no sostenible destruye hábitats vitales, mientras que el cambio climático también afecta negativamente las zonas donde habitan, especialmente las playas de anidación”, recuerda la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

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