La ira ha sido una emoción dominante en los últimos días en el Perú. Primero saltó a los titulares debido al nombramiento de José Jerí en lugar de la defenestrada Dina Boluarte. De inmediato saltó su prontuario a la luz. Además de una denuncia por presunta violación sexual, diligentemente archivada por el genio de la lámpara maravillosa (también conocido como Tomás Aladino Gálvez), resultó que el flamante ocupante de Palacio tenía una orden de asistir a terapias de control de ira. Quien así lo dispuso fue la jueza que vio el caso de violación sexual. Jerí ignoró la orden judicial. Sería interesante saber cuál es el vínculo entre una acusación por violación sexual y la irrupción de la ira. La jueza debe saber algo que desconocemos.
La ira también ha estado presente en las marchas de la pob