No imagino a nuestro Rey Felipe VI, lanzando un «¡por qué no te callas!», como el dirigido por su padre a Hugo Chávez en plena XVII Cumbre Iberoamericana en noviembre de 2007. Curiosamente D. Juan Carlos defendía la intervención del entonces presidente de nuestro Gobierno, Rodríguez Zapatero, reiteradamente interrumpida por el populista presidente venezolano, militar de carrera, lo que seguramente justificó el tuteo en la reprimenda.
Sé que hoy vivimos otros tiempos, otros modos, otras maneras. Zapatero no sería hoy recriminado por Maduro, sino aplaudido. Y nuestro Rey, el hombre que más veces ha cruzado el Atlántico en misiones oficiales, que conoce y quiere a nuestros hermanos hispanoamericanos, sabe utilizar en sus mensajes la palabra adecuada, medir el tono, los gestos, como sabe lo q