Una sesión especial del encuentro anual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) sirve para repasar las últimas evidencias sobre los efectos de los fármacos para diabetes y obesidad en el riesgo de diversos tipos de cáncer , incluida una simulación sobre tumores relacionados con la obesidad que han llevado a cabo científicos británicos e indica que en diez años podrían evitarse 21.500 casos de cáncer.

La enésima utilidad de la nueva oleada de medicamentos para el tratamiento de la diabetes y la obesidad ha estado bajo la lupa de los expertos convocados en Berlín para el congreso anual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés). Allí se ha planteado la pregunta de si tendrán estos medicamentos un papel en la prevención y el tratamiento del cáncer.

Esos medicamentos, también conocidos como agonistas de GLP-1 , por su mecanismo de acción, han sido analizados entre otros por Stephen David Hursting, de la Universidad de Carolina del Norte (en Estados Unidos, ya que aunque se trata de una cumbre europea, por su importancia acuden especialistas de todo el mundo). Hursting ha razonado que está aumentando rápidamente el interés por este mecanismo de acción entre quienes trabajan en el campo de la oncología , sobre todo a la luz de nuevos estudios al respecto.

Fármacos ‘superventas’

El GLP-1 es una hormona que se produce en el intestino, el páncreas y el cerebro y desempeña una importante función en la regulación de los niveles de glucosa, el metabolismo de los lípidos y el apetito . Inicialmente, los fármacos que actúan sobre la hormona en cuestión se aprobaron como tratamiento de la diabetes tipo 2, y a hora son ‘superventas’ por sus efectos contra la obesidad, por su capacidad para aumentar la sensación de saciedad y reducir la ingesta de alimentos.

«Cada vez está más claro que los GLP-1 pueden tener un papel creciente más allá de estas dos enfermedades ; se han documentado sus beneficios clínicos en otras condiciones (enfermedades cardiovasculares, hígado graso, apnea del sueño, artritis reumatoide y enfermedades neurodegenerativas)», ha reflexionado el especialista.

Su relación con el cáncer se ha sugerido en relación a los tipos de tumores que guardan una relación con la obesidad. Se han publicado análisis basados en historia clínicas de grandes poblaciones de pacientes en los que quienes recibían este tipo de terapia resultaban tener menor riesgo de cáncer.

Efecto en estos tumores

Los estudios son varios, y con seguimientos variables (algunos hasta 15 años), pero sobre todo se ha visto menor riesgo de cáncer de endometrio, ovario y meningioma . Los datos obtenidos en experimentos con ratones de laboratorio han sido similares.

Parece que la pérdida de peso está asociada con una « reprogramación» metabólica e inmunitaria que reduce la inflamación y, por ese camino, el riesgo de aparición de tumores.Los datos del equipo de investigación de Hursting, que aún están sin publicar, respaldan este fenómeno.

De momento, no se sabe si todos los tipos de cáncer responderán igual a la terapia para perder peso , lo que indican los datos epidemiológicos y preclínicos (antes de llevar a cabo ensayos en personas) es que habrá diferencias. Por ejemplo, algún tipo de cáncer de mama parece responder menos.

Según ha aclarado el experto, los mecanismos moleculares que explican los efectos de los GLP-1 en el desarrollo y la progresión de los tumores aún no se conocen del todo. « Quedan muchas preguntas por responder sobre su empleo en la clínica , ya que no se han llevado a cabo estudios específicos para evaluarlos en pacientes con cáncer”, ha matizado.

Con todo, en su opinión, estos fármacos van a ser importantes a la hora de manejar, por lo menos, los tipos de cáncer que están directamente relacionados con la obesidad .