Solo el murmullo de cientos de mochilas apoyadas en el suelo, cada una con algo más que ropa o audífonos: cajas de cartón dobladas, bolsas de plástico transparente, y dentro de ellas, el peso silencioso de lo necesario.

“No traigan lo que sobra. Traigan lo que falta” , decía el mensaje que circuló entre historias de TikTok y mensajes privados. Y así llegaron: jóvenes que conocen a Cazzu por sus beats pegajosos, pero que esta vez no buscaban el ritmo para bailar. Buscaban el rumbo para ayudar.

En las filas, no se veía a quienes esperaban selfies con la artista. Se veía a quienes llevaban pañales en paquetes de doce, jabón en barra envuelto en papel de periódico, latas de atún apiladas como ladrillos. Alguien llevaba tres escobas. Otra, una pila de sabanas que había lavado ella misma an

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