Su muerte, confirmada por su agencia apenas horas después del estreno, no fue un accidente, ni un choque, ni un drama repentino. Fue el final de una batalla que llevaba una década y media.
Desde los 13 años, el cuerpo de Isabelle luchaba contra una enfermedad silenciosa: la esclerosis de Charcot-Marie-Tooth . Un trastorno hereditario que desgasta los nervios periféricos, que roba la fuerza de los músculos, que convierte cada paso en una victoria. Ella no lo ocultó. En sus redes, compartía imágenes de sus piernas atrofiadas junto a frases como: “Ha sido un viaje difícil… pero elijo abrazarlo y no dejar que me defina” . No era una activista, no buscaba viralidad. Solo quería existir, plenamente, en un mundo que a menudo ignora lo que no encaja.
En octubre, con apenas 23 años, logró lo

El Diario de Sonora

Reuters US Domestic
The Hollywood Reporter Lifestyle
She Knows
Local News in D.C.
New York Post
The Atlanta Journal-Constitution Things to do