En el Catatumbo, Norte de Santander, ya no solo se oyen las ráfagas de fusil ni el estruendo de las explosiones entre grupos armados ilegales. Ahora, un nuevo sonido se mezcla con el viento: el zumbido constante de drones cargados con explosivos, manejados –según informes de inteligencia– por una estructura del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

SEMANA tuvo acceso a documentos claves en las investigaciones judiciales que reposan en la inteligencia del Ejército Nacional. En ellos se asegura que existe una red dedicada a entrenar a guerrilleros en el uso de aeronaves no tripuladas adaptadas para la guerra, tanto en territorio colombiano como venezolano.

El frente que lidera estas operaciones es el Juan Fernando Porras Martínez, del ELN, cuyo jefe, con más de 30 años delinquiendo en el

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