Con la llegada del otoño y las primeras lluvias, los bosques de Salamanca se transforman en un espectáculo natural que atrae a micólogos y amantes de la naturaleza: el tiempo de setas . Este periodo, efímero y fascinante, permite que diversas especies de hongos emerjan en el entorno, ofreciendo tanto placer visual como gastronómico, aunque siempre con precaución.
Las Sierras de Francia, Béjar, Quilamas y El Rebollar son las zonas reguladas para la recogida de setas en la provincia. Allí se pueden encontrar ejemplares tan llamativos como la amanita de los césares (Amanita caesarea), con sus vivos tonos naranja y amarillo, o el rebozuelo o chantarela (Cantharellus cibarius).
En los pinares destacan los codiciados boletos o setas de roble y castaño (Boletus edulis y Boletu

Tribuna Salamanca

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