La crónica periodística suele encarnizarse con el uso de algunos adjetivos. Así, la llovizna habitualmente es pertinaz y muy a menudo la calma es tensa. A las elecciones les tenemos reservado, al menos en la Argentina, un adjetivo más dramático. Aquí los comicios siempre son decisivos.

Nuestra vida y la de nuestra descendencia por varias generaciones siempre dependerán –así se pretende– de las próximas elecciones. Aunque no sean presidenciales, nos la arreglamos para encontrar argumentos irrefutables que demuestran que si no votamos de tal o cual manera, las 10 plagas caerán sobre nuestras espaldas por los siglos de los siglos, de un modo inevitable.

Para el caso particular de las legislativas de este domingo, su naturaleza determinante estaría establecida por el probable regreso del per

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