El fiscal general de Michoacán, Carlos Torres Piña, ha confirmado que el último lugar donde se vio con vida a Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, fue en San José de los Plátanos. Esta información fue divulgada durante una entrevista en un programa de radio conducido por la periodista Azucena Uresti. Torres Piña aseguró que ya hay claridad sobre los "actores materiales e intelectuales" detrás del crimen y que se investiga la conexión entre los responsables y una red criminal dedicada a la extorsión de productores de limón en la región de Tierra Caliente.

La familia de Bravo ha recibido protección de la Guardia Nacional, asignada tras el sepelio del líder agrícola. Según la reconstrucción de la Fiscalía General del Estado (FGE), Bravo Manríquez salió de Morelia hacia Apatzingán el 19 de octubre. En el Tianguis Limonero, dejó su vehículo y abordó su camioneta Toyota Tacoma gris, abandonando a su escolta. Informó a su familia que asistiría a una reunión con productores locales. Registros telefónicos indican que estuvo en Cenobio Moreno antes de dirigirse a San José de los Plátanos, donde, según el fiscal, fue asesinado esa misma tarde o noche.

El 20 de octubre, su cuerpo fue encontrado dentro de su vehículo en el camino Apatzingán-Tepetates, con el motor encendido. La causa de muerte fue una herida de bala en la cabeza. En la escena del crimen no se hallaron pertenencias personales, lo que sugiere que el cuerpo fue colocado en el vehículo después del homicidio.

Poco después del hallazgo, las fuerzas estatales y federales arrestaron a Rigoberto López Mendoza en Cenobio Moreno, presunto líder de una célula de Los Blancos de Troya, vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Viagras. López Mendoza tenía en su poder tres teléfonos, 25 mil pesos en efectivo y una credencial de la misma asociación que presidía Bravo, lo que ha abierto nuevas líneas de investigación sobre la infiltración del crimen organizado en las organizaciones agrícolas.

El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla informó que los escoltas de Bravo confirmaron que él decidió viajar sin protección ese día. La alcaldesa de Apatzingán, Fanny Arreola, destacó que el vehículo en el que fue hallado no era el que Bravo solía usar para reuniones, y que contaba con un auto blindado que tampoco utilizó.

Bravo Manríquez, hijo de otro líder agrícola asesinado, se había convertido en una figura clave en el campo michoacano, denunciando el cobro de cuotas y la violencia contra los productores. Su asesinato ha generado preocupación sobre la seguridad de los líderes agrícolas en la región.