En una calle cualquiera de Colombia, una pequeña tienda se volvió escenario de una escena entrañable gracias a la inesperada visita de un cliente muy especial: Chester. El can, conocido en el barrio por su carácter amigable, llegó una mañana con una hoja en la boca. Luego, dejó la hoja sobre el mostrador y esperó pacientemente, moviendo la cola, como si supiera que ese simple gesto equivalía a pagar por su comida.
El propietario del local, sorprendido, grabó el momento. En pocos minutos, el video se volvió viral, y Chester se convirtió en un símbolo de ternura y de la sorprendente capacidad de los animales para imitar gestos humanos.
Según expertos en comportamiento animal, este tipo de acción responde a lo que se conoce como inteligencia adaptativa: Chester habría observado que los niño

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